La receta tradicional del célebre béret basque: ¡una de las elaboraciones caseras de charcutería más sencillas!
El béret basque, esa deliciosa especialidad charcutera con forma de camembert, resume la autenticidad y la creatividad culinaria del País Vasco. Más que un salchichón, es un símbolo del oficio artesanal y de la defensa de un patrimonio gastronómico único.

Si te apasiona la charcutería tradicional casera y las costumbres de antaño, esta receta te descubrirá los secretos del célebre béret basque. Antes de enfundarnos el delantal, viajemos a su historia y a su papel en la defensa de la identidad vasca.
Historia del béret basque: símbolo culinario y cultural
Creado en 2003 por la casa Mayté, el béret basque se ha convertido en un emblema de la charcutería artesanal vasca. Su nombre y su forma rinden homenaje al clásico sombrero que identifica al País Vasco. Se produce en Saint-Jean-le-Vieux, en Baja Navarra; se trata de un salchichón sin tripa, perfumado con pimienta o con piment d’Espelette y elaborado con cerdo 100 % vasco.

Sin embargo, la especialidad no tardó en verse envuelta en un enfrentamiento gastronómico bautizado como «la guerra del salchichón». La firma industrial Loste lanzó un producto similar, el «Pavé basque», que explotaba la iconografía vasca aun cuando se elaboraba con cerdo ajeno a la región.
Ante ello, la casa Mayté se vio obligada a defender no solo su creación, sino la autenticidad de los productos vascos en general. «¿Por qué no llamar a su salchichón “Pavé de la Haute-Loire”?», se preguntaba Éric Mayté, reflejando la sensación de expolio cultural.
El conflicto puso sobre la mesa un problema mayor: la ausencia de protección jurídica para la marca «Pays Basque». Con todo, para los paladares expertos la diferencia entre un auténtico béret basque y una imitación salta a la vista; el sabor y la calidad de la carne hablan por sí solos.
Consejos para bordar tu béret basque
Trucos y técnicas para que tu béret basque sea un éxito
Más que una receta: todo un saber hacer
Preparar un béret basque en casa es adentrarse en el universo de la charcutería artesanal. Más que seguir una receta al pie de la letra, se trata de dominar un método: conocer sus trucos y ajustar los tiempos para lograr un resultado sabroso y de calidad.

Utiliza sal sin yodo
El yodo interfiere en la fermentación de la carne. Para preservar aromas y textura, usa siempre sal sin yodo; es imprescindible en la charcutería casera.
Añade fermentos para una flora microbiana óptima
Los fermentos Bioferm 600 y Sax-01, disponibles en proveedores especializados como Testek, mejoran la flora microbiana y reducen el riesgo de oxidación. Son opcionales, pero aportan un plus de seguridad y un sabor más auténtico. Úsalos únicamente si los tienes a mano o si buscas un resultado aún más seguro.
Controla la humedad y la temperatura
- Frigorífico: Coloca los bérets sobre una rejilla en un frigorífico bien ventilado. Dales la vuelta con frecuencia, sobre todo los primeros días, para asegurar un secado parejo.
- Bodega climatizada: Una cava ventilada a 14 °C y 74 % de humedad relativa es una opción magnífica.
Evita los errores de secado
Una compresión insuficiente de los bérets o una rejilla de malla demasiado fina pueden atrapar aire y dificultar el secado. Vigila asimismo que la humedad relativa se mantenga estable para evitar oxidaciones prematuras o un desarrollo microbiano desequilibrado.
Controla la pérdida de peso
Debes lograr una merma del 45-50 % de su peso inicial. Así, un béret de 200 g en crudo debería rondar los 100 g una vez seco. Si no alcanzas ese umbral, el sabor será menos concentrado y su conservación, más delicada.
Receta aportada por Cé-line

Auténticos bérets vascos
Ingredientes
- 700 g de lomo
- 300 g de panceta de cerdo
- 35 g de sal
- 1 g de pimienta gris
- 2 g de pimienta negra
- 4 g de mezcla de cuatro especias
- 1 g de hojas de cilantro
- 0.5 g de nuez moscada
- 2 g de azúcar cristal
- 1 g de ajo en polvo
- 2 g de piment d’Espelette
Procédé
Picado de la carne
- Pase el lomo y la panceta por la picadora equipada con una placa de 8 mm.700 g de lomo, 300 g de panceta de cerdo
Mezcla de los ingredientes
- En un bol grande, o en una amasadora provista de pala, mezcle la carne picada con todos los condimentos (sal, mezcla de especias, cilantro, nuez moscada, azúcar, ajo y piment d’Espelette).35 g de sal, 1 g de pimienta gris, 2 g de pimienta negra, 4 g de mezcla de cuatro especias, 1 g de hojas de cilantro, 0.5 g de nuez moscada, 2 g de azúcar cristal, 1 g de ajo en polvo, 2 g de piment d’Espelette
- Remueva hasta obtener una mezcla completamente homogénea.
Reposo de la mezcla
- Deje reposar la preparación en la nevera al menos 12 horas; este paso es fundamental para que los sabores se desarrollen y para facilitar el moldeado.
Formado de los bérets
- Divida la masa en porciones de 350 g.
- Forme discos de aproximadamente 3/4 cm de grosor, parecidos a un «camembert». No dude en utilizar un cortador con émbolo; es fundamental comprimir bien para expulsar el aire.
Secado
- Coloque los bérets sobre una rejilla, dejando espacio entre ellos para que no se toquen, pero sin separarlos en exceso; el aire debe circular. Asegúrese de que la malla no sea demasiado ancha para sostener bien la carne (recuerde que al no llevar tripa, puede hundirse y dejar entrar aire aunque se haya comprimido).
- El objetivo es lograr un secado homogéneo e impecable.
- Objetivo de secado: se busca una merma de agua cercana al 50 %. Por ejemplo, un béret que pese 200 g en crudo debería rondar los 100 g una vez seco. El equilibrio óptimo entre sabor y conservación se encuentra entre un 45 % y un 50 % de pérdida de agua; por debajo de ese umbral el sabor es menos intenso y la vida útil se reduce.
Secado en el frigorífico
- Coloque la rejilla con los bérets en la parte inferior de un refrigerador bien ventilado. Déjelos secar durante 4 semanas, volteándolos con regularidad, sobre todo durante los primeros días.
Opción: cava de vinos
- Una cava de vinos bien ventilada también puede sustituir al frigorífico. Procure mantenerla a 14 °C y 74 % de humedad para un secado óptimo.
Notas
Experimente con distintos grados de deshidratación según su gusto, pero para obtener el sabor clásico de una carne curada o tipo salchichón lo ideal es rondar el 50 % de merma.